Mes 5 Av
Av es el Quinto mes según el ordenamiento de los meses en la
Biblia, que comienza por Aviv, en conmemoración de la salida de la esclavitud
en Egipto y el Undécimo mes del calendario hebreo moderno, que comienza con la
Creación del mundo. Dentro del judaísmo es conocido como "el ojo de la
aguja “, un "tiempo de terribles angustias” o el tiempo de "la puerta
estrecha".
Este mes está relacionado con la letra Hei del Alef-Bet y con
la tribu de Shimón (Simeón), además posee como sentido el Oír.
Su nombre significa literalmente "padre". Es
también llamado “Menájem Av”; (El consuelo de Av), en referencia al consuelo
que se recibirá por los sufrimientos, desgracias y calamidades acaecidas a
nuestro pueblo en este mes a lo largo de la historia recordados en este mes.
Así como un Padre consuela y ayuda a su hijo en tiempos difíciles, así en este
mes tenemos que apegarnos y buscar a nuestro Padre Celestial y su protección,
por esta razón este Mes se llama Av (Padre).
Este mes es de mucho significado para el pueblo judío, porque
marca un período de tres semanas de lamentación y días de ayuno. Se le conoce
como “iemé bein hametzarim”, que significa “los días entre los límites.”
Los Rabinos explicaron que la expresión “bein hametzarim” se
refiere a los 21 días de angostura, estrechez, aflicción y sufrimiento, que se
encuentran entre dos límites, es decir entre dos fechas que limitan su alegría,
el 17 del Cuarto Mes y el 9 de Av (Tisha BeAv). Se dice que hay que tener
grandes precauciones porque es una época en la cual el mal tiene influencia
sobre el mundo.
Es el mes del "momento más bajo" del calendario
judío, ya que el 9 de Av fue el día del pecado de los espías y la destrucción
de ambos Templos en Jerusalem.
También se asocia este quinto mes con una maldición, porque
en Av fue el suceso de los espías causando que el Pueblo tuviera incredulidad
en vez de entrar a la Tierra Prometida (Núm. 13). Y por eso El Eterno decretó juicio sobre el
pueblo de Israel al prohibirles entrar a la tierra prometida por revelarse
contra la orden del Señor de tomar y poseer la tierra que Él había jurado a
Abraham y a su descendencia como herencia.
Ese fatídico día fue el 9 de Av.
Y a través de los siglos, en esa misma fecha, han acontecido severas
tragedias al pueblo judío en general.
El Eterno había planeado y diseñado este mes de Av como un
tiempo de celebración, conquista y victoria. Iba a ser el mes cuando Israel
finalmente entraría a la tierra prometida. Pero lamentablemente, con su temor e
incredulidad, con su murmuración y queja, optaron por rechazar la bendición que
Adonai les había preparado. Y desde ese
día, ese día 9, se pusieron bajo maldición, cuando HaShem lo que quería darles
era bendición.
Esa puerta de maldición tiene una sola forma de ser cerrada,
y profetas como Daniel (Dan. 9) y líderes espirituales como Esdrás y Nehemías
(Esdras 9; Nehemías 9) así lo entendieron y así lo hicieron: mediante la
confesión de nuestros pecados y la Teshuvá.
Ese primer 9 de Av, en Cades Barnea, Israel decidió
"escuchar" las palabras de incredulidad y de maldición, en vez de
"escuchar" las palabras de bendición de Adonai para Su pueblo... De la misma manera que Adán y Eva lo hicieron
en el principio.
Este cuarto mes está relacionado con la tribu de Shimón
(Simeón). El nombre Shimón (Simeón) proviene de la palabra “Shemá” (escuchar,
oír). El pecado de los espías en el 9 de Av implica el hablar mal de la tierra
de Israel y la aceptación ("oír") de esa mala lengua por parte del
pueblo. Entonces la rectificación general del mes de Av es la rectificación de
la audición.
Simeón es la única tribu que Moshé no bendijo explícitamente
en el final de la Torá. Esto fue por su "frustración" con esa tribu
por haberse implicado (más que el resto de las tribus) en el pecado de Baal
Peor (la prostitución con mujeres extranjeras, que derivó en idolatría). El
nombre Shimón podría relacionarse con dos palabras: Sham Avon, "Allí hay
Iniquidad".
La "degeneración" del poder de Shimón condujo a la
destrucción del Templo; la rectificación y elevación de ese mismo poder, trae
su reconstrucción.
La rectificación de Shimón es a través de su apego al
atributo más esencial de Moisés, La Humildad. Al permutar las letras hebreas de
la palabra Avon ("pecado") se obtiene Anav ("humilde"), el
único término con que la Torá califica a Moisés (Números 12:3): "Y el
hombre Moisés fue el más humilde (anav) más que cualquier otro en la superficie
de la tierra". Shimón se transforma (en el mes de Av) de "Allí hay
Iniquidad" (Sham Avon) a "Allí está el Humilde" (Sham Anav).
La habilidad de Shimón de "metamorfosis" depende de
su sentido interno de oír. Moisés dirigió a Israel con la declaración más
abarcadora de toda la Torá (Deuteronomio 6:4): "Oye (shemá) Oh
Israel...". Moisés le habla a Israel a través de la raíz de Shimón. La
audición interna proviene del profundo sentido de la humildad en el alma.
Aun cuando Moisés no bendijo explícitamente a Shimón,
nuestros sabios nos enseñan que alude a él en la primera palabra de su
bendición a Judá.
Deuteronomio 33:7: "Oye (Shemá) Adonai la voz de Judá Y
hazlo venir ante su pueblo, Basten para él sus propias manos, ¡Y sé Tú su
auxilio contra sus adversarios!”
Jueces 1:3 Y Judá dijo a su hermano Simeón: Sube conmigo a la
tierra de mi herencia para que luchemos contra el cananeo, y yo también iré
contigo a la tierra de tu heredad. Y Simeón fue con él.
En la división de la tierra de Israel para las doce tribus,
Shimón heredó su parte dentro de la de Judá (esta es la única instancia en que
una tribu hereda su porción dentro de la de otra). Cuando los equivalentes
numéricos en las letras hebreas de los dos nombres Shimón y Iehudá (Judá) se
suman: 466 + 30 nos da 496 = Y 496 es el equivalente numérico de la palabra
“Maljut” (Reinado). De aquí aprendemos que el Reinado de Judá depende de la
“Rectificación" y "asociación" de Shimón.
El sentido correspondiente a este mes es el Oír. Cuando vemos
a Judá vemos que a él le corresponde el mes de Aviv y el sentido del habla y a
Simeón le corresponde el mes de Av y el sentido de la audición.
Estos dos sentidos del habla y la audición van obviamente en
pareja, tal como en el pecado de escuchar (aceptar) la "lengua
malvada" que hablaron los espías, el pecado del 9 de Av.
La conclusión que sacamos es que el poder del mes de Av (el
mes de la aparente destrucción) es "escuchar" el mensaje
"dicho" por el mes de Aviv (el mes de la redención), e integrar el
primer y más avanzado poder del líder de Israel en la conciencia del pueblo
judío.
"Escuchar" significa en hebreo
"entender", integrar totalmente dentro de la propia conciencia
(dentro del corazón, no sólo entender intelectualmente con la mente). Escuchar
a otro es entender completamente su dilema y solidarizarse con él. Escuchar es
recibir.
La letra hebrea correspondiente es la Hei ה. El
acto de generosidad más profundo de Adonai fue el aliento de vida que insufló
en la criatura que creó. La letra Hei significa aliento.
El pequeño hueco que hay en la parte superior izquierda de la
letra Hei representa el espacio a través del cual puede entrar la Luz de
Adonai, por muy oscura que pueda parecer la vida.
La letra Hei representa la fortaleza que nos da Adonai para
poder soportar las pruebas. Cuando Adonai cambió el nombre de Avraham y Sarah,
fue añadiéndole una letra, esa letra era la Hei, dándoles de sí mismo
“fortaleza”, para que cobraran fuerza y vigor para poder sobrellevar las
pruebas de fe que se les estaban dando.
Este es un tiempo para seguir perseverando, aun en el camino
estrecho y angosto, debemos avanzar y proseguir en santidad. Este mes es un
buen tiempo para escuchar y mantenernos alertas (atentos) a la dirección que
HaShem nos da por medio de su Toráh.
Es un tiempo oportuno para hacer decisiones basadas en la
revelación que El Eterno nos ha dado. No
dejemos que el temor ni la incredulidad nos detenga. ¡Perseveremos y tomemos lo que HaShem nos ha
dado! Es un buen tiempo para profundizar, a través de la oración íntima con El
Eterno. Llevemos toda fortaleza mental o espiritual a la obediencia de Iehoshúa
y experimentar el favor y bendición de HaShem sobre tu vida.
Podremos sentir como nuestro propósito se va desarrollando en
nuestro ser interior. Así que pongamos
en práctica lo revelado por Adonai.
Vigilemos y estemos atento, pues entramos al tiempo de
"la puerta estrecha", no nos quejemos ni murmuremos delante de
Adonai. Llenémonos de Emuná, de confianza y valor, para posicionarnos en este
nuevo tiempo en las promesas de Adonai para nuestra vida, de manera que sigamos
desarrollando y ampliando cada vez más los ciclos de bendición que anteceden al
Reino venidero. Que este Mes de Av nos traiga alegría, realización y consuelo.
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