domingo, 20 de mayo de 2018

Shavuot

En esta vida, andamos a través de un mar oscuro de maldad. No obstante, la Toráh es la luz que nos muestra el camino hacia adelante para así no tropezar al caminar. Es nuestra brújula.

Nos advierte sobre las raíces enredadas de filosofías y falsos valores. Al escudriñar la Toráh podemos ver el camino trazado por Adonai camino con la suficiente claridad y así permanecer en la senda correcta.

Salmos 119:105 “Lámpara a mis pies es tu Palabra, Y lumbrera a mi camino”.

Este Salmo, el más extenso de todos, es dedicado en su totalidad a la Toráh, así que podemos ver la importancia de la Toráh, aunque los sistemas de iglesia la hayan rechazado, para nuestro Padre es primordial. Está exquisitamente escrito, es una verdadera obra de arte dividida en 22 estrofas, cada una comienza con una letra del Alef-Bet hebreo en secuencia. Quizás Esdras lo estructuró después de la reconstrucción del Templo (Esdras 6:14-15) como una meditación repetitiva acerca de la belleza de la Toráh y de la forma en que nos ayuda a permanecer puros y a crecer en fe y obediencia.

Levítico 23: 15-17 “Y contaréis desde el día que sigue al día de reposo… siete semanas cumplidas serán. Hasta el día siguiente del séptimo día de reposo contaréis cincuenta días”

La festividad de Shavuot traduce semanas, haciendo referencia a las siete semanas contadas y siendo la festividad llevada a cabo en el día Cincuenta. Cincuenta simboliza la habilidad de trascender todos los detalles y entrar en una esfera superior.

Hechos 2:1-4 “Cuando llegó el día Cincuenta estaban todos unánimes juntos. Y de repente fue hecho en el cielo un estruendo, como de una ráfaga de viento impetuoso, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados. Y se les aparecieron lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Y todos fueron llenos del Espiritu de Santidad, y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espiritu les concedía hablar”.

Veamos el caso de Rut. Su renacimiento como judía, y la transformación que dio origen al Rey David, nacieron en Shavuot. Y esto se asemeja a nuestra marcha nacional desde Pesaj hasta Shavuot: comenzamos desde el más bajo de los niveles de la misma manera en que Rut lo hizo, y trabajamos nuestro camino hacia arriba hasta el punto en el que podemos recibir la Torá.

Lo que une a Pesaj con Shavuot, es el concepto de la Libertad. Pesaj es la libertad del cuerpo, y Shavuot es la libertad del espíritu. Shavuot es el llamado a la Santidad por medio de la Torah.

Juan 17:17 “Santifícalos en tu verdad tu palabra es verdad”

Salmos 19:7 “La Torah de Adonai es la que convierte el alma”

Una mente renovada es capaz de solucionar los conflictos de cualquier índole con objetividad, para poder evaluar la situación y así buscar la respuesta en la Toráh, sin evadir la responsabilidad de nuestras acciones.

Es necesario apropiarse de la guía del Padre para salir del problema, así sea dura, pero siempre será mejor que el problema que vivimos.  Lo que se necesita es valor y compromiso con el Padre, el cual evidenciamos al obedecerle.

Debemos entrar en el camino de la obediencia, y doblegar nuestra voluntad para que sea la voluntad del Padre en nosotros. La obediencia es el resultado de la Toráh revelada, si no es así sería pura filosofía llena de deseos sin fundamentos.

Dice el profeta Isaías “aprended haced lo bueno”, ese es el camino de santidad. La manifestación de la gloria del Eterno es una experiencia permanente y creciente. Un justo no nace, se hace a través del proceso de “Devekut” que es la unión con Adonai.

Jacobo 1: 22, 25 “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Mas el que mira atentamente en la perfecta Ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bendecido en lo que hace”.

Adonai ahora en el final de los tiempos, está llamando a su pueblo de regreso a su Toráh. Iehoshua nos redimió, esto es, pagó el precio por nuestros pecados, pero una vez redimidos, debemos caminar en obediencia a la voluntad del Padre.

El pueblo elegido entonces se dirige de regreso a Tzión, de donde sale la Toráh. (Isaías 2:1-4) y al final, cuando la cosecha esté lista, esto es cuando Israel haya sido restaurado y reunido, la hoz será puesta en la tierra y la verdadera cosecha será separada de la cizaña.

Esta cosecha verdadera, somos nosotros, un solo pueblo, llamados la novia del Cordero y reinaremos con nuestro amado para siempre.

Bendito eres tu Señor, Nuestro Elohim, por bendecirnos con tu Toráh y tu Espíritu de Santidad.

Jag Sameaj Shavuot

0 comentarios:

Su opinión es importante para nosotros, la tomaremos en cuenta.