miércoles, 4 de abril de 2018

El Amor

Amor es el componente que, individualmente, es el más poderoso y necesario en la vida.

Amor es Trascendencia: “La trascendencia se refiere a ir más allá de algún límite o superar las restricciones de un determinado ámbito”.

Deuteronomio 7:7-8 “IHVH puso su amor en vosotros y os escogió, no porque fuerais más numerosos que cualquiera de los pueblos, porque sois el pueblo más pequeño, sino que por el puro amor de IHVH a vosotros, por mantener el juramento que juró a vuestros padres, os sacó IHVH con mano fuerte y os redimió de la casa de esclavitud, del dominio de Faraón, rey de Egipto”.

Amor es el origen y fundamento de todas las interacciones humanas. Es tanto dar como recibir. Nos permite llegar más alto y más allá de nosotros mismos, sentir a otra persona y que esa otra persona nos sienta a nosotros. Es la herramienta por medio de la cual aprendemos a sentir la más excelsa realidad de Adonai.

Romanos 5:8 “Pero Adonai demuestra su mismo amor hacia nosotros en que, siendo nosotros aún pecadores, el Mesías murió por nosotros”.

Amor implica también amar y ser benevolente con nuestro prójimo, tendiéndole la mano en momentos difíciles.

1Juan 4:7 “Amados, amémonos unos a otros, porque el amor procede de Adonai; todo el que ama, es nacido de Elohim y conoce a Elohim”.

1 Juan 3:17 “Pero el que tiene bienes en este mundo, y ve a su hermano en necesidad, y le cierra sus entrañas, ¿cómo podrá habitar el amor de Elohim en él?”

1 Juan 3:16 “En esto hemos conocido el amor: en que Él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner la vida por los hermanos”.

El amor sano debe incluir siempre un elemento de disciplina y discernimiento: cierto grado de distancia respecto al otro, una evaluación de la capacidad del otro para contener tu amor. El amor debe ser encaminado apropiadamente.

Pregúntaselo a un padre que, en nombre del amor, ha malcriado a su hijo, o alguien que sofoca a su esposo o esposa con su amor y no le permite ejercer su propio rol. Es necesario el amor con discreción para evitar la entrega a quienes pueden “usar” el amor para ejercer una conducta negativa.

A veces debemos preguntarnos: ¿Es mi amor suficientemente disciplinado? ¿Estoy hiriendo a mis hijos al imponerles mi sistema de valores porque los amo tanto? ¿Respeto a aquel a quien amo o es un amor egoísta? ¿Soy sensible a sus necesidades o actitudes? ¿Toman otra ventaja de mi naturaleza de dar? ¿Estoy hiriendo a alguien convirtiéndome en su muleta en nombre del amor? ¿Veo a la persona amada como una extensión de mí mismo y mis necesidades?  ¿Tomo en cuenta la capacidad de mi pareja de recibir amor antes de dárselo? ¿Mi amor está siendo dado apropiadamente?

El amor trae consigo dignidad personal, un sentimiento íntimo de nobleza y majestuosidad. Te permite conocer que tienes una posición privilegiada y tu contribución en este mundo.

Todo amor que desmoraliza y quiebra el espíritu humano no es amor en absoluto, Para que sea completo, debe tener la dimensión de la soberanía personal, un sentimiento de libertad y dominio sobre las fuerzas que disminuyen el amor pleno.

“El amor constituye la única manera de entender a otro ser humano en lo más profundo de su personalidad. Nadie puede ser totalmente conocedor de la esencia de otro ser humano si no le ama. Por el acto espiritual del amor se es capaz de ver los trazos y rasgos esenciales en la persona amada; y, lo que, es más, ver también sus potencialidades: lo que todavía no se ha revelado, lo que ha de mostrarse”. Viktor Frankl

2 Juan 1:6 “Y éste es el amor: que sigamos caminando según sus mandamientos; y éste es el mandamiento: que caminéis en él, como oísteis desde un principio”.

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