La Vigilancia
En el marco de la serie de enseñanza sobre la senda los justos
(Mesilat Tzadikim) y el proceso que implica la elevación espiritual es
importante recordar que la Torah es ese fundamento (Iesod) sobre el cual se va
a desarrollar la vida de todo creyente, el estudio de Torá es el inicio del
crecimiento de la espiritualidad porque es ella la que tiene los conocimientos
o enseñanzas que nos permiten crecer como personas, entender nuestra función en
este mundo y nuestro servicio a HaShem, este estudio debe conducirnos a la
práctica y a los hechos, si no sería solo letra muerta o un mero
entretenimiento, lo cual debemos afrontarlo con mucha responsabilidad y
disciplina, para que pueda valer a la hora del desarrollo espiritual. Para
ello, La Vigilancia es un factor primordial a la hora de querer mejorar.
La Vigilancia (Zehirut) consiste en que la persona se cuide de sus actos y asuntos, comprendiendo y examinando sus actos y su conducta a fin de determinar si son buenos o no, para abandonar su alma del peligro y la perdición, y no seguir sus hábitos como un ciego en la oscuridad.
Si empezamos a vigilar nuestros actos esto conduce a la diligencia, es decir, que la persona empieza a combatir la pereza, su concentración en cumplir mitzvot se agudiza y no desaprovecha las oportunidades que Hashem le presenta para cumplir Mitzvot o ayudarle a cumplir las tareas de rectificación de su alma, ahora, ya la persona no anda a tientas en un mundo tan caótico e incomprensible cuando no se tiene Toráh. Al momento de estudiar Toráh y desarrollar la práctica de la misma debemos empezar a ser vigilantes en dos áreas importantes:
Analizar lo que se va a decir, lo que se va a hacer, sopesa el impacto de las cosas que vamos a hacer para así descartarlo o llevarlo a los hechos de tal forma que el impacto de nuestros actos siempre sea positivo como decía Ludwing Van Bethoven “si vas a romper el silencio que solo sea para mejorarlo”.
El individuo que sigue su vida (Literalmente, «en su mundo») sin reflexionar si su camino es bueno o malo es como un ciego que camina al borde de un río, cuya situación de gran peligro es tal que es más probable que sufra una desgracia a que salga indemne. Pues es equivalente la falta de cuidado en caso de ceguera física que en caso de ceguera voluntaria: ambas actitudes implican cerrar los ojos en forma voluntaria y deliberada. (Es posible que esta ceguera voluntaria sea producto de una profunda falta de voluntad de cambiar. La persona irreflexiva que actúa mecánicamente no se da cuenta de que debe cambiar para poder relacionarse correctamente con Adonai y con los demás seres humanos, y en lugar de eso se aferra a sus hábitos y forma de vida porque eso le proporciona seguridad emocional).
Hay factores que perjudican o socavan la vigilancia permitiendo perderla una vez que ya se ha adquirido y a su vez estos mismos factores alejan la vigilancia creando falta de interés en ella, provocada por la total ausencia de pensamientos al respecto. Estos 3 factores son:
1- La dedicación a este mundo
Constantemente se agrava el peso del trabajo en las mentes de
los seres humanos con el fin de que no les quede ningún espacio libre para
reflexionar y observar detenidamente qué camino siguen.
Pues cuando el ser humano se halla embotado por los asuntos de este mundo, sus pensamientos están prisioneros con las cadenas de la carga que pesa sobre ellos. De este modo, los pensamientos son como un prisionero que soporta una carga tan pesada que le impide moverse libremente, de tal modo que les es imposible tomar conciencia de lo que la persona está haciendo.
El ser humano obviamente debe relacionarse con el mundo para obtener su sustento. Sin embargo, es muy peligroso que el individuo se involucre tanto en él que no deje para sí mismo un espacio dedicado a su labor espiritual, esto es al servicio a Adonai y al perfeccionamiento espiritual. Es por esta razón que es necesario establecer momentos fijos para el estudio de la Toráh.
2- La Frivolidad y el Cinismo.
La frivolidad (en hebreo sejok) es una actitud ligera ante la
vida. El diccionario define frivolidad como la actitud psicológica de tomarse
la vida en forma ligera y caprichosa, como si las cosas fueran insustanciales.
El cinismo proviene del hebreo Latzón, palabra derivada de Letz, que significa «burlón». El cinismo es esa actitud psicológica que pretende negar los valores morales positivos que promueven el desarrollo espiritual de la persona.
Latzón (cinismo) es una cualidad más negativa que sejok (frivolidad), puesto que ésta simplemente pretende aligerar el peso moral de los actos, mientras que latzón les niega todo valor e incluso reivindica valores negativos. Sin embargo, la frivolidad destruye la sensibilidad del hombre a tal punto que ni la razón ni el conocimiento son capaces de gobernar su corazón. Es como una persona ebria, a quien es muy difícil proporcionar sensatez o guiarlos, puesto que no son capaces de aceptar una dirección.
3-Las Malas Compañías.
Proverbios 13:20: “Quien con sabios anda, sabio será, Pero el
que se allega a necios, se echa a perder”. ¿Por qué, a pesar de que podemos
tener clara la necesidad y el cuidado de crecer espiritualmente, somos
negligentes o incluso llegamos a violar ciertos principios? Según Ramjal esto
se debe a dos cosas: primeramente, El temor a ser rechazado y las burlas que
esto puede provocar, y como segundo aspecto el anhelo de tener amigos. En ambos
casos, es el temor a la soledad y el aislamiento el factor psicológico
determinante.
De esta manera podemos resumir cuatro cosas que debemos hacer para adquirir la cualidad de vigilancia (zehirut):
1) Purificarse (en su mundo interno).
2) Limpiar (su comportamiento externo).
3) Alejarse de las influencias sociales negativas.
4) Acudir a lugares que promuevan el acercamiento al Eterno
(Kehilá, centros de estudio y de oración)
Bendiciones...
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