Introducción la Senda de los Justos
Cuando se trata
sobre el tema del crecimiento o desarrollo espiritual, es importante
mencionar que no existe mayor recurso otorgado por El Eterno para
tal fin que la Torah, sin embargo, existen detalles dentro de la
misma que necesitan ser explicados para una mayor compresión de las
herramientas que ella nos ofrece para alcanzar nuestro potencial en el servicio
a Adonai, en este sentido existen distintos sabios dentro del pueblo de Israel
dedicados a tal preciada labor, siendo uno de los más destacados el
Ramjal por su sensibilidad espiritual, más allá de esto tenemos en los escritos
de el Rav. Shaul muchos elementos valiosos que aportan en este camino de
elevación espiritual. Pero si hay alguien por excelencia que deba ser seguido
plenamente sin la menor duda es nuestro Rav. Iehoshúa ben Iosef, ha Mashiaj;
del cual hablaron los antiguos, al igual que los patriarcas, Moshe y los
profetas.
En el marco de
este crecimiento espiritual los rabinos establecieron que la vida del hombre
debe tener un fundamento (Iesod) sobre la cual edifica su vida este se refiere
a la Toráh, por ende, la vida del hombre debería desarrollarse así:
La Toráh nos conduce a la vigilancia (Zehirut)
La vigilancia nos conduce a la diligencia (Zerizut)
La diligencia nos conduce a la limpieza (Nekiyut)
La limpieza nos conduce a la pureza (Tahará)
La pureza nos conduce a la abstinencia (Perishut).
La abstinencia nos conduce a la santidad (Kedusha)
La santidad nos conduce a la devoción (Jasidut)
La devoción nos conduce a la humildad (Anavá)
La humildad nos conduce al temor al pecado (Irat Jet)
El temor al pecado nos conduce a unidad (Ejad).
Cuando
evaluamos este desarrollo vemos que es semejante a una escalera cuyos peldaños
llevan al creyente a la elevación espiritual siendo la meta el ser uno con El
Eterno, tal como lo expreso el Mesías en Juan 17:22, para que este objetivo se
cumpla será necesario transitar este camino, que es visto como Mesilá que
consiste en un camino estrecho, pero bien aplanado, adecuado al paso de
los seres humanos, de manera tal que podamos reflexionar en donde tenemos
la mirada (Mabat) colocada según Colosenses 3:2-3 lo que se refiere a las
aspiraciones y anhelos, que evidencia quien está en el trono del corazón, una
vez refinado este punto será oportuno colocar los objetivos (Megamá), que
vendrían a ser las tácticas y medios para llegar a la meta que es llegar a
Shelemut (perfección espiritual), siendo completos, plenos habiendo ejercitado
los sentido y de esta manera formado un carácter.
Esta serie,
basada en la Baraita de Rabi Pinjás ben Iair y lo expuesto por el Ramjal (Rabí
Moshé Jaim Luzzato); posee el objetivo no solo de aportar recursos para
alcanzar ese desarrollo espiritual tan importante y necesario, a través del
estudio de cada uno de los peldaños expuestos anteriormente sino lograr una
Avodá (labor o servicio para cumplir la voluntad de Adonai). Como dijo el
Mashiaj, una Avodá en espíritu y verdad.
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