miércoles, 25 de octubre de 2017

Introducción la Senda de los Justos


Cuando se trata sobre el tema del crecimiento o desarrollo espiritual, es importante mencionar  que no existe mayor recurso otorgado por El Eterno para tal  fin que la Torah, sin embargo, existen detalles dentro de la misma que necesitan ser explicados para una mayor compresión de las herramientas que ella nos ofrece para alcanzar nuestro potencial en el servicio a Adonai, en este sentido existen distintos sabios dentro del pueblo de Israel dedicados a tal  preciada labor, siendo uno de los más destacados el Ramjal por su sensibilidad espiritual, más allá de esto tenemos en los escritos de el Rav. Shaul muchos elementos valiosos que aportan en este camino de elevación espiritual. Pero si hay alguien por excelencia que deba ser seguido plenamente sin la menor duda es nuestro Rav. Iehoshúa ben Iosef, ha Mashiaj; del cual hablaron los antiguos, al igual que los patriarcas, Moshe y los profetas.


En el marco de este crecimiento espiritual los rabinos establecieron que la vida del hombre debe tener un fundamento (Iesod) sobre la cual edifica su vida este se refiere a la Toráh, por ende, la vida del hombre debería desarrollarse así:


La Toráh nos conduce a la vigilancia (Zehirut)

La vigilancia nos conduce a la diligencia (Zerizut)

La diligencia nos conduce a la limpieza (Nekiyut)

La limpieza nos conduce a la pureza (Tahará)

La pureza nos conduce a la abstinencia (Perishut).

La abstinencia nos conduce a la santidad (Kedusha)

La santidad nos conduce a la devoción (Jasidut)

La devoción nos conduce a la humildad (Anavá)

La humildad nos conduce al temor al pecado (Irat Jet)

El temor al pecado nos conduce a unidad (Ejad).


Cuando evaluamos este desarrollo vemos que es semejante a una escalera cuyos peldaños llevan al creyente a la elevación espiritual siendo la meta el ser uno con El Eterno, tal como lo expreso el Mesías en Juan 17:22, para que este objetivo se cumpla será necesario transitar este camino, que es visto como Mesilá que consiste en un camino estrecho, pero bien aplanado, adecuado al paso de los seres humanos, de manera tal que podamos reflexionar  en donde tenemos la mirada (Mabat) colocada según Colosenses 3:2-3  lo que se refiere a las aspiraciones y anhelos, que evidencia quien está en el trono del corazón, una vez refinado este punto será oportuno colocar los objetivos (Megamá), que vendrían a ser las tácticas y medios para llegar a la meta que es llegar a Shelemut (perfección espiritual), siendo completos, plenos habiendo ejercitado los sentido y de esta manera formado un carácter.

Esta serie, basada en la Baraita de Rabi Pinjás ben Iair y lo expuesto por el Ramjal (Rabí Moshé Jaim Luzzato); posee el objetivo no solo de aportar recursos para alcanzar ese desarrollo espiritual tan importante y necesario, a través del estudio de cada uno de los peldaños expuestos anteriormente sino lograr una Avodá (labor o servicio para cumplir la voluntad de Adonai). Como dijo el Mashiaj, una Avodá en espíritu y verdad.


¡Escucha las Clases introductorias de este Tema!


1 comentario:

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