Tu BiShevat – 15 de Shevat
Ésta es una fiesta menor en el calendario hebreo. El nombre “Tu BiShevat” viene a partir de la fecha del día de fiesta, el décimo quinto día de Shevat (שבט). Shevat es el nombre del undécimo mes del calendario hebreo y las letras ט y ו, leído como “Tu” es el número 15 representado con la numeración hebrea.
Tu BiShevat marca el día en que ya han caído la mayoría de las lluvias del invierno en la tierra de Israel y la savia nueva -la fuerza de vida- comienza a ascender desde la tierra por el tronco y las ramas del árbol. Comienzan a aparecer también nuevos frutos en las puntas de sus ramas, dando inicio, según la halajá, al "Año Nuevo de los Arboles".
El 15 de Shevat, en Israel comienzan a asomarse los primeros brotes de vegetación. En consecuencia, se salía a plantar árboles. Por eso, ésta es una fiesta de la naturaleza. Se comen frutos y se acostumbra a plantar árboles.
El 15 de Shevat, es conmemorado en la tradición judía como una festividad especial, el "Año Nuevo del Árbol". La Torá enseña que la naturaleza debe ser respetada, aún en tiempos de guerra. No deben ser destruidos los árboles ni los bosques. En distintos círculos tradicionales, se reúnen el 15 de Shevat y se realiza un acto en el que se leen pasajes bíblicos relacionados con los árboles y la naturaleza. Se recitan bendiciones especiales y se comen frutos de diversos árboles. Este día celebramos el despertar de la vida, que la savia sube de las raíces y lleva las bendiciones y energía de la tierra a las ramas donde se forma el fruto.
En Tu BiShevat nos conectamos con esta metáfora del árbol, en la medida que experimentamos una renovada oleada de energía creativa proveniente de las raíces de nuestro ser, que nos inspira a dedicarnos al servicio activo de Elohim, cumplir Su propósito en la Creación.
Salmos 1:1-3 “¡Cuán bendecido es el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni se detuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado! Sino que en la Torá de Adonai está su delicia, Y en su Torá medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto a su tiempo, y su hoja no se marchita, Y todo lo que hace prosperará”.
El hombre y la Torá poseen los cuatro componentes principales del árbol: raíces, troncos, ramas y frutos.
Las raíces del hombre (El Pueblo de Israel) son nuestros ancestros, nuestros patriarcas y matriarcas, "los santos que están en la tierra". El tronco corresponde a todo el cuerpo del pueblo de Israel que fueron redimidos de Egipto, recibiendo la Torá en el Monte Sinaí e ingresaron a la tierra de Israel.
Las ramas representan a las tribus de Israel (en hebreo, la palabra Shevet, "tribu", se escribe igual al nombre de este mes Shevat, que significa literalmente "rama"), y a sus individuos, que se abren y esparcen unos de los otros, asentándose y estableciéndose en su propia porción de la Tierra Santa (y quienes subsecuentemente se vuelven más dispersos aún, alrededor del mundo, en el tiempo del exilio). El fruto del árbol son las buenas acciones realizadas por cada alma judía.
Las raíces de la Torá son sus secretos íntimos y misterios, los misterios de la inmensidad del Eterno, Su Creación y Su absoluta trascendencia. El tronco del árbol es el cuerpo de la Torá escrita y oral como fue revelada a Israel en el Sinaí. Las ramas corresponden a las diversas "disciplinas" y métodos de interpretación de la Torá, poseyendo cada alma individual su propia porción especial (enfoque y perspectiva) en la Torá. El fruto son las nuevas ideas y comprensiones, cuyo "fluir" nunca cesa, que aquellos que se entregan al estudio de la Torá tienen el mérito de recibir y revelar al mundo.
Elohim le dio la Torá a Israel para que sea nuestros "ojos". Así como Elohim "miró en el diseño de la Torá y creó el mundo", nos dio la Torá para que miremos en ella y obtengamos el poder y la dirección para crear y rectificar el mundo que nos rodea.
La palabra Etz - עץ "árbol" en hebreo, está compuesta de dos letras: Ain y Tzadik. Ain significa "ojo", y Tzadik significa "justo". Cada judío es en esencia un Tzadik (Justo), como está dicho: "Y tu pueblo son todos Tzadikim (Justos), por siempre heredarán la tierra, ellos son el retoño que he plantado, la labor de Mis manos para resplandecer" (Isaías 60:21). El Tzadik potencial inherente en cada judío, aunque inicialmente latente, se activa cuando el "ojo" de la Torá penetra en su conciencia y se vuelve parte suya. Así como la Torá es el "árbol de vida [eterna]", también el Tzadik, cuando está conectado y unificado con el "ojo" de la Torá, se vuelve un "árbol de vida [eterna]". Este es el secreto de la palabra "Árbol", Etz.
Que seamos meritorios, con la llegada del Mashiaj, de ser un eterno árbol de vida, plantado por las manos de Elohim en Su jardín, la tierra de Israel, Amén.
Salmos 92:12-15 “El justo florecerá como la palmera, Crecerá como cedro en el Líbano, Plantados en la Casa de Adonai, Florecerán en los atrios de nuestro Elohim. Aun en la vejez darán fruto, Estarán llenos de savia y verdor, Para manifestar que Adonai es recto, Mi Roca es, y no hay injusticia en Él.
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