miércoles, 5 de septiembre de 2018

La Santidad


En el marco de la enseñanza sobre La Senda de los Justos (Mesilat Tzadikim) y las etapas de la elevación espiritual nos encontramos con la Santidad (Kedushá) como sexto peldaño vital para la transformación del alma y así llegar a ser uno con El Eterno.

La Santidad está determinada por el nivel de obediencia a las leyes y preceptos de Elohim.
Levíticos 20:7-8 “Santificaos, sed santos, porque Yo soy IHVH vuestro Elohim. Guardaréis mis estatutos y los pondréis por obra. Yo soy IHVH, que os santifico”.
La Santidad requiere obediencia. La santidad requiere motivación: amor, no miedo a las consecuencias y eso Define lo que soy, no lo que tengo.
Apocalipsis 14:12 “Aquí está la perseverancia de los santos, los que guardan los mandamientos de Adonai y la fe de Iehoshúa”
Estudiando este tema nos damos cuenta de que 2 tipos de santificacion, La Santificación posicional y la progresiva:

Santificación posicional: Es una Acción de Adonai, Separación instantánea de un lugar a otro. Esta Santidad ya la tenemos, lo cual nos da el derecho de ser Hijos de Adonai y entrar al siguiente proceso de santidad.

Santificación progresiva: Es una Acción del creyente, Proceso de crecimiento espiritual. Es el esfuerzo del creyente día a día por vivir según los preceptos de Adonai.

Cuando observamos la santidad o lo santo está relacionado con el sacrificio, de allí entonces decimos que la santidad tiene un costo. Los encargados en el templo de hacer u ofrecer los sacrificios eran los sacerdotes, mientras todos los demás del pueblo podían vivir vidas más flexibles, los sacerdotes no, porque ellos servían al Eterno.
Romanos 12:1 Así que, hermanos, os exhorto por la gran misericordia de Adonai que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Adonai, que es vuestro servicio racional.
El Progreso de la Santidad es lento “Un día a la Vez” Debe ser medido en meses o en años (no en días ni semanas). Hay altas y bajas en el camino. En la medida que nos acerquemos a Adonai y su Toráh más claro vemos el pecado en nosotros. Lo importante no es la posición sino la dirección.

El proceso de adquisición de la santidad contiene dos elementos: Inicialmente constituye un acto de labor espiritual del hombre, Pero al final acaba siendo una recompensa del Cielo, Al principio se basa en el esfuerzo, Pero al final acaba siendo un regalo.

Los Sabios expresaron esta idea al decir: “Si el ser humano se santifica a sí mismo un poco, del Cielo lo santifican mucho; si se santifica aquí abajo, lo santifican arriba” (Yomá 39a).

El Creador nos guiará en el mismo camino que él desea seguir. Esto quiere decir que la adquisición de la santidad sólo es posible cuando la persona trabaja intencionalmente para adquirirla, siguiendo el camino particular que lleva a ella. Y entonces El Eterno le habilitará el camino, ayudándole en el mismo sentido que él había decidido seguir. y hará que resida en él Su santidad y lo santificará
Salmos 84:11 “Porque sol y escudo es IHVH Elohim, Favor y honor concede IHVH, No quitará el bien a los que andan en integridad”.
La Santidad se alcanza con esfuerzo y sacrificio, el esfuerzo según el diccionario es: “Acción de emplear gran fuerza física o moral con algún fin determinado”. Y en hebreo “esfuerzo” viene de la palabra Jazak que significa: “fijar en. Atrapar, agarrar, ser fuerte. Valiente, curar, ayudar, reparar, obstinar, atar, restringir, conquistar.

Según Ramjal, El esfuerzo sirve para: Separarse y Desprenderse: de la dependencia material y su apego.

“Separarse” se refiere a una separación mental y emocional. “Desprenderse” se refiere a una separación en los actos concretos.
Romanos 12:2 “No os conforméis al estilo de vida de esta edad presente, sino transformaos por medio de la renovación de vuestra mente, para que veáis sin duda alguna, que la buena voluntad de Adonai es agradable y perfecta”.
Esto quiere decir que la Santidad comienza por el Pensamiento y luego pasa a la Acción. En resumen, para adquirir la Santidad se necesita del Esfuerzo y la Acción.
Daniel 11:32 “Y a aquellos impíos violadores del pacto los inducirá en la apostasía por medio de halagos, pero el pueblo que conoce a su Elohim se esforzará y actuará”.
Esforzarnos y transformarnos en tres aspectos, siguiendo el siguiente orden: Pensamos, Hablamos y Hacemos. Por lo tanto, todo empieza es el pensamiento tal como dice en Filipenses 4:8:
Filipenses 4:8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buena reputación; si hay alguna virtud, si hay algo digno de alabanza, en eso pensad”.
La etapa final de la santidad constituye un regalo Celestial, porque el hombre no la puede alcanzar ni puede seguir avanzando por si solo pues tiene un impedimento para alcanzarla: Es un ser físico, de carne y sangre. Por lo tanto, por la misericordia y la ayuda de HaShem es que podemos seguir avanzando, tal como dice Romanos 12:1.
Romanos 12:1 “Debido a todo esto, os exhorto, hermanos míos, por las misericordias de Adonai, que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, apartado, agradable a Elohim, que, lógicamente, equivale al servicio del Templo”.

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